“Nuestra filosofía aquí es ser amables”, afirma Jo O’Brien, directora y cofundadora de Platinum Pre School en Nueva Gales del Sur. En esencia, Platinum se esfuerza por crear un entorno seguro y acogedor, abierto a todo tipo de estudiantes, incluidos niños con discapacidades y barreras culturales.

“Nos apasiona muchísimo la inclusión”, comenta. Como veterana de la educación y madre de un hijo con necesidades especiales, O’Brien es muy consciente de que el aprendizaje debe ser más accesible para una variedad más diversa de niños. Al ofrecer una experiencia educativa equitativa, los niños obtienen más oportunidades para desarrollar tanto habilidades cognitivas como las conocidas competencias del siglo XXI, que incluyen la capacidad de socializar con sus compañeros y familiarizarse con la tecnología.

“Uno de nuestros principales enfoques aquí es la preparación escolar”, explica O’Brien, sobre por qué quieren ofrecer a los niños las herramientas sociales y los conocimientos básicos que necesitarán para la siguiente etapa escolar. “La realidad es... pasan de un entorno de educación infantil a una escuela primaria tradicional usando computadoras, portátiles, iPads y cosas así, por lo que necesitamos exponer un poco a los niños a esa realidad.”

“Hay una gran diferencia entre incluir a los niños e interactuar con ellos”, dice O’Brien. Ella explica que, aunque el objetivo de su escuela es dar a todos los niños las mismas oportunidades de aprendizaje, quieren ir más allá de la simple inclusión y crear oportunidades de aprendizaje interactivo más significativas donde los niños puedan desarrollar sus habilidades sociales y construir relaciones más profundas entre ellos. “Todo es parte de esa transición escolar... Queremos que los niños se sientan cómodos y logren ese sentido de pertenencia”, señala.

En un esfuerzo por lograr que los estudiantes socializaran con sus compañeros, inicialmente instalaron una pizarra interactiva con proyector en uno de sus espacios de aprendizaje. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que se dieran cuenta de lo limitado que era este dispositivo en cuanto a funcionalidad y facilidad de uso. Para empezar, la pizarra interactiva estaba fijada a una pared, por lo que solo un grupo de estudiantes asignado a esa aula podía utilizarla. Otro problema eran las condiciones de iluminación. Como la pizarra interactiva funcionaba con proyector, necesitaban que la sala estuviera oscura. Los profesores tenían que cerrar las ventanas o apagar las luces para que los niños pudieran ver con claridad lo que se proyectaba en la pared. Otros problemas, como la respuesta táctil imprecisa y la conectividad inestable, también interrumpían el flujo de las sesiones de aprendizaje.

A medida que estos inconvenientes se acumulaban, el entusiasmo del personal docente por usar la pizarra interactiva fue disminuyendo con el tiempo, hasta el punto de que dejaron de utilizar el dispositivo por completo. Fue en ese momento cuando el equipo de Platinum Pre School supo que era hora de buscar una mejor solución educativa.

La escuela infantil contactó a su socio tecnológico, B2B Technologies, explicando sus problemas y necesidades. Buscaban una solución de pizarra interactiva que mostrara el contenido con gran claridad, permitiera a los niños trabajar juntos y ofreciera mayor flexibilidad tanto para las actividades como en términos de movilidad. Tras varias rondas de demostraciones y consultorías, comprobaron que la BenQ Board cumplía con todos sus requisitos.

La gran pantalla 4K UHD, con sus múltiples puntos de contacto, era lo suficientemente amplia para juegos y actividades grupales inmersivas. El personal también valoró que la pizarra permitiera compartir pantalla de forma inalámbrica, ya que les brindaba a ellos y a los estudiantes más oportunidades de interactuar. “Una de las mejores ventajas de recursos como las BenQ Boards es que... realmente podemos desarrollar actividades donde interactúan entre ellos”, señala O’Brien.

La escuela también decidió instalar la BenQ Board en un soporte rodante para ofrecer aún más flexibilidad. “El hecho de poder mover la pizarra por todo el centro es también un gran beneficio para los educadores,” añade O’Brien.

Como extra, el personal destacó que la pantalla resistente a gérmenes de la BenQ Board se ajusta a las políticas de aprendizaje saludable de la escuela infantil.

“Desde que tenemos el BenQ Board, nuestras clases han cambiado”, dice Danielle Robinson, una de las profesoras de Platinum. “Ahora podemos tener a más niños trabajando en el panel… [Ellos] pueden compartir experiencias y aprender juntos.”

Antes, cuando los profesores cargaban juegos y módulos didácticos (de recursos educativos como RosiMosi y Reading Eggs), los niños debían trabajar estas actividades individualmente, ya fuera turnándose en la pizarra interactiva o usando sus tabletas. Pero como su nuevo BenQ Board cuenta con una pantalla táctil grande y receptiva, varios niños ahora pueden acercarse y participar en las actividades al mismo tiempo.

Además, los profesores también pueden sacar provecho de la pizarra EZWrite, especialmente de su función Team Post, para actividades en grupo. Al activar Team Post, pueden dividir el tablero en secciones y así asignar a los niños su propio espacio donde pueden escribir y dibujar mientras trabajan juntos.

Otra manera en la que los profesores en Platinum combinan inclusión e interactividad es mediante el uso compartido inalámbrico de pantalla. Robinson explica: “Una de nuestras funciones favoritas en el BenQ Board es la aplicación InstaShare. Podemos duplicar la pantalla de nuestro iPad o viceversa… esto es realmente inclusivo para los niños con necesidades adicionales que quizá no puedan acceder a la pizarra por sí mismos. Podemos compartir el programa desde el iPad y permitirles utilizarlo desde donde estén.”

Sinead Hollywood, profesora y madre de una alumna en Platinum, destaca cómo el BenQ Board está influyendo positivamente en la actitud de los niños hacia el aprendizaje. “Es maravilloso ver a los niños divertirse mientras aprenden… Es fundamental que encuentren diversión en aprender y lograr inculcar ese sentimiento. [Queremos que disfruten] descubrir cosas nuevas en vez de verlo como una obligación o perder confianza en sí mismos.”

“Ver a mi hija disfrutar la pantalla... y querer participar en esos juegos... es maravilloso, porque al final lo único que todos queremos es que nuestros hijos disfruten realmente de aprender.”